Es justamente en los fracasos en donde se encuentra la semilla del aprendizaje, del crecimiento y finalmente de la sabiduría. Entre más facilidad tengas para fluir en la vida sin resistencia, más fácil será poder vivir feliz y contento.
Sólo aceptando los cambios en tu vida podrás progresar. El cambio es el motor del progreso, no te resistas a él. ¿Qué tan listo estás para el cambio? ¿Lo aceptas con buena actitud? ¿Te resistes a él? ¿Ante cambios obligados, te quedas en actitud de víctima? ¿Estás listo para salir de tu zona de confort?
¿Por qué algunas personas progresan y otras no? El secreto consiste en qué tan capaz eres de aceptar el cambio. La enorme diferencia entre la gente que avanza y que se mantiene sana física y espiritualmente es la actitud con la que se enfrentan a los cambios y a la vida. Tenemos que distinguir entre dos tipos de cambios:
1. El cambio voluntario:
Tú lo generas a través de tus necesidades personales intencionalmente. Este cambio supone una mayor facilidad para ser asimilado por uno mismo.
2. El cambio involuntario obligado: Dado normalmente por las circunstancias o por otra persona, y en el cual te ves atrapado. En estos casos, la resistencia al cambio será mayor y podrá estar acompañada de una gran angustia, por ejemplo: un divorcio.
Es muy diferente la angustia y resistencia al cambio que experimenta el que lo elige del que no, y que tiene que asumir la decisión del otro. La gente que se queda atrapada en este punto tiende a llamar la atención de los demás bus- cando generar compasión y apapacho,lo que le impide crecer, y le trae graves consecuencias que pueden llegar hasta la enfermedad.
Por ello es necesario comprender el por qué y para qué nos está pasando esto, y cambiar el lamento por aprendizaje. El quedarse en una actitud de autocompasión y víctima puede llevar a la decepción y a la depresión, mientras que si logras descifrar el por qué te sucedió y para qué, te llevará a aprender rápidamente la lección, y a integrar la experiencia como una parte positiva de tu vida que te generará un gran crecimiento en lugar de estancamiento.
El primer paso de la crisis consta de renegar del mundo actual, el segundo de reinventar tu nuevo mundo y el tercero plasmarlo en la realidad, pero en el primer paso puedes quedarte un día, un mes, un año o toda la vida. Es in- dispensable el comenzar el paso dos cuanto antes para que la experiencia te catapulte en lugar de sepultarte.
Y tú, ¿adoptas en ocasiones una actitud de autocompasión y víctima?
¿Qué tanto aceptas los cambios con la actitud de aprender algo nuevo? Independientemente de si es voluntario o involuntario, todo cambio implica sacrificios.
Tenemos que elegir, pudiendo venir situaciones mejores, pero también echando en falta cosas que dejamos atrás al adoptar el cambio. Para la persona que ya entendió que ha venido a esta vida principalmente a aprender, le será mucho más sencillo entender que cuando la necesidad de un cambio se presenta, hay que dejar atrás el apego, las costumbres y esquemas a los que tantas veces nos aferramos. El que se resiste al cambio, a soltar y a dejar ir, normalmente puede sufrir lo indecible ante cada variación y puede requerir mucho más tiempo, o incluso nunca lograr aceptarlo. Además, en algunas ocasiones puede terminar derivando en estados depresivos, lleno de amargura, desdicha y tristeza.
Los seres humanos tenemos que comprender que venimos a esta vida de paso, y que en ella nada es para siempre.
Si Dios conmigo, ¿quién contra mí?...
M E D I T A C I O N E S P A R A R E N Ä S E R
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