El miedo es tu principal enemigo, libérate de él.

El miedo es totalmente intangible, inmaterial y, muchas
veces incluso, invencible. Te bloquea y te impide crecer si
no tienes la metodología necesaria para vencerlo.
Detrás de cada miedo no justificado existe una falsa creencia. Basta con cambiarla
por una verdadera, así lograrás terminar con los miedos, angustia y tensión que
esto provoca en tu vida.
El miedo es un gigante de humo, tan grande y poderoso que paraliza; no permite
tomar acciones, hace perder la autoestima, la seguridad y es quizá el arma
principal de tu demonio interno, que te frustra, te bloquea y te impide crecer.
Si algo no puedes permitirte es continuar aceptando miedos en tu vida. Admírate
a ti mismo así como a los demás; y para esto es absolutamente indispensable
que tomes conciencia de tu naturaleza divina: fuiste creado a imagen
y semejanza de Dios, por lo tanto tú eres parte de Dios y Él de ti; y Dios es
todopoderoso y eterno y el temor no existe en Él y no viene de Él, sino de tu
demonio interno o voz chinga-quedito.
Tienes que acabar con todos tus miedos, pero para poder comprender y terminar
para siempre con ellos, es imprescindible distinguir antes los dos tipos
de miedo que existen: el miedo justificado y el no justificado.
Miedo justificado
Es justificado porque existe una causa real para tenerlo. Se caracteriza porque
nos permite tomar una acción física para acabar con él. Por ejemplo, si un ladrón
te asalta y te pide tu cartera, tienes varias alternativas: gritar, correr, golpearlo o
entregarle tu cartera. Al tomar una acción física, cualquiera que sea, automáticamente
logras terminar con el miedo. Existen algunas acciones que toman más
tiempo que otras en acabar con este tipo de miedos, sin embargo, lo importante
es saber que siempre puedes tomar una acción física, terminando así con el ciclo
que genera adrenalina, angustia y estrés.

Miedo no justificado
Se caracteriza por no permitirnos tomar una acción física. De esta forma, se puede
volver interminable y por consiguiente, provocar angustia y estrés incontenibles,
llevándonos a una vida tensa, infame y enferma. Ejemplos de miedos injustificados:
el miedo al fracaso, abandono, rechazo; a la muerte, la enfermedad (aun
estando sanos), a ser asaltados (sin ninguna amenaza), a las arañas, las alturas,
los celos y un largo etcétera.
Junto con estos miedos están todas las fobias, que en realidad tienen en sus
cimientos miedos profundos e injustificados. Estos pueden ser tan grandes y
dañinos que realmente podrían echarnos a perder la vida para siempre y anular
nuestras mayores capacidades. ¡Y también pueden llegar a causarnos la muerte!
Hay mucha gente que muere del miedo, pero no del miedo en sí, sino de la
angustia, tensión y estrés que estos miedos les producen, por ejemplo, creando
úlceras o, en algunos casos, ataques al corazón.

Michel Domit
¡Atrévete a cambiar tu vida!
