Más vale a veces una decisión equivocada, que quedarte paralizado sin poder avanzar. Si al menos te decidiste y te equivocaste, puedes corregir el rumbo, pero si no, no irás a ningún lado.
Tomar una decisión puede hacer que sacrifiques cosas que amas, excluyéndolas de tu vida, pero es importante avanzar e ir eligiendo qué queremos, qué alter- nativa es la mejor en cada momento y así, avanzar. Más vale a veces una decisión equivocada que quedarte paralizado, sin poder progresar en la vida. Si te equivocaste podrás corregir el rumbo, pero si ni si- quiera lo intentaste, no irás a ningún lado.
Para comenzar te planteo una serie de cuestiones que como en otras ocasiones, requiere que respondas por escrito reflexionando profundamente; así que me gustaría que tomes papel y pluma y las respondas. ¿Vives con indecisión e incertidumbre? Lee, reflexiona y anota... ¿Con qué frecuencia?
¿Eres consciente de la angustia que esto te genera? ¿Y de cuántas indecisiones han causado en ti y en los demás tus propias indecisiones? ¿Qué necesitas para vivir con total certidumbre tomando las decisiones oportunas? ¿Te das cuenta de cuántas veces te has quedado paralizado por no poder tomar un decisión?
También es fundamental que vivas tu vida con certidumbre total, te recomiendo que nunca te acuestes con problemas de indecisiones, más vale quedarte des- pierto hasta llegar a una conclusión, descansarás más tranquilo cuando tu mente se encuentre en paz. Y muy importante, ¡no permitas que la vida o las personas decidan por ti! Acuérdate bien de que tú eres un líder y como líder tienes que aprender a tomar las decisiones rápidamente y con certidumbre total. ¡Jamás te quedes anclado en la inmovilidad de la indecisión, actúa!
Si Dios conmigo... ¿quién contra mí?
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