¡No cambies tu placer por dolor; mejor cambia tu dolor por placer!
En 1965 Melzack y Wall propusieron en su Teoría de la puerta de control o compuerta que la activación de los nervios que no transmiten señales dolorosas, llamadas fibras nonociceptivas, pueden interferir con las señales de fibras dolorosas, por lo tanto, inhibir el dolor. No se puede sentir dolor y placer a la vez, sólo se puede experimentar una sensación a la vez, así que se puede bloquear el dolor en el sistema nervioso central a través de desviar nuestra atención voluntariamente hacia otro pensamiento o sensación de cualquier tipo de placer como gastronómico, sexual, olfativo, artístico, etc. Los estímulos no dolorosos cierran las "puertas" al estímulo doloroso, evitando que la sensación dolorosa viaje al sistema nervioso central. Por lo tanto, la estimulación no nociva es capaz de suprimir el dolor.
Tú tienes la habilidad de acabar instantáneamente con tu dolor físico o emocional por más fuerte que sea, tan sólo concentrándote al cien por ciento en otra sensación o placer, terminando para siempre con depresiones o angustias.
¡Porque tú siempre tienes el control!
¡Y la felicidad es una decisión constante y depende tan sólo de ti!
¡La felicidad y la paz se encuentran dentro y no fuera de ti!
Ya no te permitas resignarte a vivir con dolor, insensible al placer, como cuando se va un ser querido o cuando sientes dolor físico. La idea es exactamente al revés: ¡elimina tu dolor, concentrándote en el placer!
Tienes que ser un verdadero guerrero de la Luz para observar constantemente, a cada instante, a tu demonio interno para no permitirle que siembre en ti angustia, infelicidad, dolor, ira, miedo, resentimiento, etcétera, para que automáticamente desinstales el sufrimiento de tu Ser y lo cambies por tu felicidad.
Decide tú, no permitas nunca que decidan por ti.
¡Porque naciste para ser feliz y no para sufrir!
¡Todo está en ti, y tú eres el arquitecto de tu propio destino!
Si Dios conmigo, ¿quién contra mí?...