A veces caemos en la mentira, en la falsedad o hipocresía
por la culpa que sentimos ante un error.
¿Cuantas veces te avergüenzas por algo que hiciste mal y en lugar de abiertamente
decir: “perdón me equivoque”, tratas de que no se note o dices alguna
mentira piadosa para que no parezca tan grave?
¿Qué tan a menudo cubres tus errores o las apariencias con mentiras?
Es muy fácil que nuestro demonio interno o voz chinga-quedito, a través de
nuestro falso orgullo, nos haga sentir que no podemos perder nuestra imagen
ante la gente, y que es mejor decir una mentira que decir la verdad, porque
ésta va a doler o a incomodar al otro y quizás deje de admirarnos o querernos.
A veces preferimos no perdonarnos a nosotros mismos, no pedirle perdón al
otro y marchar dignamente con nuestra mentira, lo cual nos convierte en poco
íntegros, y sólo funciona mientras no nos descubren, ya que de hacerlo resulta
mucho peor. Esto es una absoluta cobardía. Y es que el miedo, o lo vences o te
vence, porque invariablemente termina por atraer aquello que temes.
¿Qué tan íntegro eres?
¿Te muestras tal como eres o con fachadas para encubrirte?
¿Qué tanto temes que descubran tus errores, los encubres o los
muestras?
Como dijo Jesucristo: “La verdad os hará libres”; y hay un común denominador
en todos nuestros héroes: son valientes y ya no le temen a nada porque han
vencido ya todos sus miedos.
¿Y tú, aún tienes miedo o ya los venciste todos?
Si nosotros admitimos con valor que nos equivocamos y antes de pedir perdón,
nos perdonamos a nosotros mismos, reconociendo que todavía no somos
perfectos, podremos aumentar nuestra humildad para aceptarnos tal cual y no
pretender ser lo que no somos.
¿Qué tan humilde te consideras para mostrarte como eres, con todo y errores?
Al perdonarte a ti mismo, automáticamente vuelves a tu centro, reconectándote
con tu naturaleza divina, y logras pedir perdón sin una sola mentira, lo que
genera auténtica admiración en los demás por tus virtudes.
La micro-verdad
La micro-verdad es la verdad total y no verdades a medias. Es la verdad de la
verdad. Es la verdad total y absoluta, desde tu pensamiento hasta tu voz. Si hablas
siempre con la micro-verdad y te desnudas ante ti y ante los demás como eres,
te vas a dar cuenta que vas a adquirir una fortaleza enorme, porque ya no vas
a necesitar mentiras ni fachadas que ocultan tu bellísima esencia y tu corazón
que es lo más valioso en ti.
¿Y tú estás dispuesto a vivir en la micro-verdad? LRA
¿Y a ser auténtico, íntegro y a erradicar tus miedos y ser tu propio héroe? LRA
Si Dios conmigo, ¿quién contra mí?...
M E D I T A C I O N E S P A R A R E N Ä S E R
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